Beneficios psico-afectivos del Kárate

La práctica del Kárate en su calidad deportiva reporta innumerables beneficios físicos ampliamente reconocidos: elasticidad, coordinación, tonificación muscular, fuerza… Pero en su calidad de disciplina, conlleva un amplio abanico de efectos favorables a nivel de la adquisición y desarrollo de competencias psico-afectivas y conductuales, de los que quizás no se ha hablado suficientemente.

Aquí os resumo 5 de los principales beneficios del kárate :

1. Socialización

La práctica del kárate, siempre en grupo, brinda una condición única de intercambio social regulado, que estimula el desarrollo de las competencias relacionales dentro de un marco de respeto, tolerancia y aceptación de las diferencias individuales.

 


2. Autoregulación emocional y conductual

La necesidad de modular la ira en una respuesta de defensa proporcionada y acorde a las normas de la disciplina, supone un entrenamiento eficaz de la autoregulación emocional. Se tengan o no dificultades para la regulación y control de los impulsos, algo muy propio en chicos con TDAH, trastornos desafiantes y otras dificultades conductuales, el kárate contribuye en un incremento de la capacidad para regular la propia conducta y adecuarla al entorno.

3. Concentración y focalización de la atención

Los ejercicios que se practican en kárate y la precisión de movimientos que se pretende, exigen a su practicante que centre todos sus sentidos en el entrenamiento, lo que ejercita y mejora notablemente la capacidad para sostener el foco de atención sobre la tarea que se está realizando. Esta virtud, hace del kárate una disciplina muy indicada en chicos con déficit atencional o con tendencia a la desorganización.

4. Autoestima, tolerancia a la frustración, autoconfianza y autosuperación

Toda práctica deportiva, conlleva una condición de competencia en la que con mayor o menor rivalidad, los deportistas van a medir entre ellos sus habilidades y fortalezas. Las frustraciones que se derivan de la competición, ya sea oficial o bien un proceso interno de rivalidad, brindan al Sensei una buena oportunidad para desarrollar el reconocimiento y aceptación de los límites de sus alumnos y les ayuda a tolerar la frustración al tiempo que se establece como objetivo que el karateka pueda alcanzar la mejor versión de sí mismo.

¿quién soy, cómo soy, para que valgo, dónde puedo llegar? son preguntas que suelen hacerse los chicos y que pueden lograr respuesta en la práctica del kárate.

5. Reconocimiento y respeto a la autoridad

Las artes marciales clásicas como el kárate, conservan la virtud de impartir un modelo disciplinar en el que la jerarquía maestro-alumno se basa en el respeto y el reconocimiento mutuo de quien sabe y quien quiere saber. Los límites de la relación interpersonal son coherentes y bien definidos, lo que contribuye a regular los impulsos desafiantes y provocadores propios de la infancia y la adolescencia.

 

CONCLUSIÓN:

He querido destacar aquí algunos de los beneficios psico-afectivos más vinculados al kárate pero no quiero dejar de añadir que la práctica deportiva de toda disciplina, reporta muchas otras ventajas para nuestra salud mental: previene el deterioro cognitivo, incrementa la capacidad de memorización, estimula la producción de endorfinas que mejoran el estado anímico, incrementa la productividad, mejora la resistencia al estrés y la ansiedad, estimula la neurogénesis (aumento de las conexiones neuronales), regula el ritmo circadiano (vigilia/sueño)….

Recogidos los beneficios indudables del kárate para la salud mental de quienes lo practican, solo cabe animaros a la práctica de este fabuloso deporte, porque no sólo os va a hacer sentir mejor sino que os va a hacer mejores como deportistas y como personas.

Elena Castellano Camarasa

Psicóloga y psicoterapeuta colegiada 18192

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